Un interno del Reclusorio Norte de la Ciudad de México está a punto de presentar su examen profesional para titularse y licenciarse como arquitecto.
Le falta por purgar más de seis años en prisión por robo calificado, tiempo que ha invertido en darle forma a "La urbanización de la Ciudad de México", su tesis, único trabajo que le hace falta para culminar la carrera que ya había terminado antes de ingresar a la cárcel.
Juan, el estudiante en cuestión, ha sido comisionado al Centro Escolar del reclusorio para dar apoyo académico a los internos que deseen continuar con sus estudios.
Bien lo dice el dicho: "Querer es poder."
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