Nicky Jex, de 27 y originario del suburbio de Braunstone en Leicester, Inglaterra; asaltó una casa de apuestas, robando más de 600 libras con el dildo de su novia envuelto en una bolsa de plástico simulando ser un arma de fuego.
Jex entró en el local, apuntando directo a la cajera en turno y demandando el dinero en la caja registradora.
Al huír, un cliente del lugar lo siguió de lejos, dandosé cuenta de que Jex había dejado caer la gorra con la que perpetró el asalto. Objeto que sería clave para su captura pues contenía cabellos del ladrón, que a su vez contenían su ADN (muy avanzados esos ingleses).
Fuente: Guardian
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